Windows 8.1 llega oficialmente el 18 de
octubre en forma de actualización para Windows 8. Analizamos las
novedades y cómo actualizar nuestro sistema.
Windows 8 marcó un punto de inflexión en
Microsoft; un cambio de paradigma en el sistema operativo Windows que,
además del cambio estético (y la convergencia con Windows Phone),
suponía un cambio en la forma de trabajar de Microsoft y en su política
de "grandes actualizaciones" (evitando los saltos abruptos entre una
versión de Windows y la siguiente). Menos de un año después del
lanzamiento de Windows 8, Microsoft se prepara para el lanzamiento de
Windows 8.1, la primera gran actualización de su sistema operativo; un proyecto muy esperado que viene a materializar el
feedback de los usuarios y que espera convencer a los que decidieron quedarse con Windows XP y Windows 7 en vez de migrar.
Microsoft anunció que Windows 8.1 llegaría mañana 17 de octubre, concretamente, estará disponible en la
Windows Store
en forma de actualización a las 4:00 de la mañana según la hora de la
costa oeste de Estados Unidos (las 13:00 en España, las 8:00 en
Argentina y Chile y las 6:30 en Venezuela); una hora bastante singular
que coincide con la
fecha oficial del
18 de octubre (justo en ese momento serán las 0:00 del 18 de octubre en Nueva Zelanda).
Además de la actualización de la Windows Store, a partir del día 18 de octubre, encontraremos también
packs con discos de actualización y, por supuesto, también veremos cómo los nuevos PCs que salen al mercado llegan con Windows 8.1.
¿Qué esperar de Windows 8.1?
La acogida de Windows 8, en términos generales, ha sido bastante
irregular. A una buena parte de los usuarios no les terminó de convencer
el cambio de paradigma que marcaba el interfaz Metro y, por tanto, la
pérdida del clásico escritorio.
Casi un año después de su lanzamiento, Microsoft parece materializar las críticas y el
feedback
recibido para ofrecer una versión de Windows que contente a todos los
usuarios, es decir, apostar por un modelo que sea capaz de contentar a
unos usuarios polarizados entre Metro y Escritorio.
Con Windows 8.1 regresa el escritorio y, por tanto, podremos arrancar nuestro sistema con el interfaz
Modern o bien usar el clásico escritorio. El
botón de inicio
también regresará a Windows 8.1 aunque, eso sí, algo "descafeinado" si
lo comparamos con el uso habitual que le hemos dado desde que lo vimos,
por primera vez, en Windows 95.
En el campo de las
aplicaciones, veremos a
Skype
instalado de manera predeterminada (con una integración de lo más
interesante), mejoras en Photos (que nos permitirán editar imágenes) y,
por supuesto, una mayor integración de
Bing (que además de realizar búsquedas en Internet, también mirará nuestros archivos locales y los que tenemos en SkyDrive).
El
multitasking también se mejora notablemente gracias al
Side-by-side,
una opción que nos permitirá dividir la pantalla y redimensionar el
tamaño de las ventanas para poder ver el contenido de dos aplicaciones a
la vez.
Y para los aficionados a la personalización de su entorno de trabajo,
Windows 8.1 nos abre la puerta al uso de fotos almacenadas en nuestro
equipo o fotos que tengamos guardadas en SkyDrive para personalizar el
interfaz Metro, podremos reordenar las aplicaciones, ajustar el tamaño
de los
tiles o crear grupos de aplicaciones.
¿Cuánto cuesta actualizar?
En el caso de los usuarios que ya disponen de un
equipo con Windows 8 instalado, la actualización a Windows 8.1 es totalmente gratuita y, teóricamente,
será un proceso sencillo
y nada traumático (algo así como una evolución natural). Con este
planteamiento, el paso se realiza, directamente, a través de la Windows
Store y no necesitaremos usar ningún tipo de disco.
Sin embargo, el salto a Windows 8.1
desde otras versiones de Windows sí que tiene impacto económico (entre 119,99 dólares y 199 dólares). A partir del 18 de octubre podremos encontrar los
packs para actualizar desde las versiones más antiguas de Windows aunque, eso sí, el proceso de actualización no será simple:
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En el caso de migrar desde Windows XP o Windows Vista
es importante que tengamos en cuenta que Windows 8.1 no contempla estos
entornos y, por tanto, la única opción es la instalación limpia porque
no habrá manera de salvaguardar nuestros datos de perfil o las
aplicaciones instaladas. En estos casos, Microsoft recomienda el uso de
Windows 8.1 en soporte físico (DVD) y no la actualización para comprar
online.
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En el caso de migrar desde Windows 7, la
actualización a Windows 8.1 implicará la migración de nuestros datos de
perfil automáticamente aunque, eso sí, no se migrarán las aplicaciones y
tendremos que volver a instalarlas tras la actualización.
¿Es el momento de dar el salto a Windows 8.1?
Teniendo en cuenta que Microsoft dejará de dar soporte de Windows XP a
partir del mes de abril de 2014 y que, por tanto, este sistema
operativo quedará abandonado por la compañía de Redmond,
dar el salto puede ser una buena opción.
Evidentemente, los requisitos de
hardware en Windows 8.1 son algo mayores que en XP y, por tanto, también será necesario plantearse ampliaciones de
hardware
o una renovación total del equipamiento (algo que no siempre es
sencillo, por ejemplo, a nivel corporativo). Los cambios que ha
introducido Microsoft, como el regreso del escritorio, tienen como
objetivo "convencer a los escépticos" que fueron reticentes a adoptar
Windows 8 en el terreno corporativo (grupo en el que me incluyo) y, con
el fin de soporte de XP en ciernes, los procesos de migración en las
empresas se activarán, sin duda, con la llegada de Windows 8.1.
De todas formas, a Windows 7 aún le sigue quedando soporte hasta el
13 de enero de 2015 en lo que se conoce como "soporte estándar" y hasta
el 14 de enero de 2020 en el "soporte extendido"; por tanto, si tu
escenario corporativo está en Windows 7, el proceso de migración no
tiene por qué ser inmediato y, a nivel personal, aún podemos aguantar un
poco más con esta versión del sistema operativo antes de plantearnos la
migración.
Por cierto, si alguien que aún usa Windows Vista, el final del
soporte extendido está marcado para el 1 de abril de 2017 y, por tanto,
también cuentan con algo de margen antes de dar el salto a Windows 8.
El futuro de Windows 8.1
Según los
datos circulantes,
tras la actualización a Windows 8.1, Microsoft tendría previstas nuevas
actualizaciones para su sistema operativo. En un principio, se podría
esperar una
actualización para la primavera de 2014, aunque sería una actualización menor; tras el despliegue de esta actualización, los de Redmond lanzarían la siguiente
gran actualización para la
primavera de 2015.
¿Y qué pasa con el soporte? La fecha del soporte, en
el ámbito empresarial, es algo muy importante y que se tiene bastante
en cuenta a la hora de migrar los PCs que se usan a nivel corporativo.
En el caso de Windows 8.1, la fecha de
fin de soporte estaría en 2018 aunque, como es habitual, se extendería hasta enero del año 2023.
Fuente:
http://alt1040.com/2013/10/actualizar-a-windows-81